Antes de leer esta reflexión quisiera pedirle al estimado lector que realice un pequeño ejercicio espiritual. No se trata de recitar una oración o responder las preguntas de un examen de consciencia. El ejercicio espiritual que le propongo es revisar su bote de basura y hacer una lista de su contenido.
Supuesto este ejercicio le recuerdo que el próximo domingo escucharemos al profeta Amós y a Jesús según el evangelio de Lucas. En ciertos aspectos Amós vivió en una época parecida a la nuestra. Un pequeño grupo de multimillonarios rodeados de una gran masa de gente pobre siempre amenazados por el hambre. El profeta se dirige a la clase alta que habita en Sion (Jerusalén) y Samaria para denunciar tanto sólo su estilo de vida opulento como su falta de preocupación por José; José no es una persona sino el país entero, entonces conocido como la casa de José pues las dos tribus más numerosas eran Efraín y Manasés, los hijos del patriarca José. El profeta les anuncia un castigo que consiste en la deportación. De este modo se acabarán los excesos y el lujo en el que vivían.
Jesús también vivió en una época de desigualdades marcadas. Una gran mayoría de pobres y algunos pocos ricos y poderosos. Pero Jesús, a diferencia de Amós, no se hace ilusiones, no cree que los poderosos recibirán un castigo en esta historia; para él cada cual recibirá su recompensa en el Reino futuro.
En nuestro tiempo además unos pocos muy ricos y una multitud de pobres existe la clase media. Sería muy fácil al escuchar la Palabra de Dios este domingo dedicarnos a señalar a los ricos como los únicos responsables de la pobreza en el mundo. Todos podemos hacer algo, todos somos responsables. El papa Francisco en Laudato Si dice que “El amor, lleno de pequeños gestos de cuidado mutuo, es también civil y político, y se manifiesta en todas las acciones que procuran construir un mundo mejor” (n° 231). El cubo de la basura muestra cuanto podríamos haber hecho por los que tienen hambre y no lo hicimos. ¿hasta cuándo seguiremos así? Hoy podemos empezar a cambiar.
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