El narcisismo se considera generalmente como una falta de empatía - personas tan centradas en su "falso yo" o ego que hay poca posibilidad de comprender que nosotros/as, no sólo como seres humanos, sino simplemente como seres VIVOS, estamos en comunión los unos con los otros. No hay nada más potente para separarnos de los demás que un sentido inflado de nuestra propia importancia. El ego y su poder sobre mí me han hecho reflexionar durante el brote de Covid-19. Admitiendo mi ingenuidad en retrospectiva, en marzo de 2020 rezaba que Corona fuera EL punto de ruptura que nos permitiera, como humanidad, darnos cuenta de que no éramos el centro de la creación de Dios. ESPERABA que estábamos tan conectados los unos con los otros que las únicas formas de acción razonables eran las que promovían la unidad y la compasión. Sin embargo, me parece que lo que realmente nos "mantuvo unidos" durante la pandemia no fue el amor ni la comprensión de nuestra interrelación, sino el miedo. Y el miedo refuerza la identidad de nuestro ego, por lo que no es de extrañar que, como humanidad, termináramos el encierro con la guerra....
"Cuando te inviten a un banquete de bodas, no te sientes en el lugar de honor", es la llamada que nos hace Jesús esta semana en el Evangelio para despertar. O en otras palabras, observa tu tendencia a buscar tu propia comodidad y colocarte en el primer lugar. En mi experiencia, la humildad no consiste en pretender falsamente ser la menor, sino en alinearse silenciosamente con nuestro VERDADERO SER, que comprende que ya somos UNO y, por tanto, estamos llamados a ayudar a los que menos experimentan esta comunión. Sin embargo, la tendencia, como la de Herodes y su círculo en la lectura de hoy, es la de mantenernos ego centrados (y las personas religiosas o “practicantes,” como los fariseos, podríamos correr un riesgo mayor) y recurrir a la violencia para permanecer, al menos en nuestras "cabezas", en nuestra zona de confort. Y por violencia me refiero a cualquier cosa que hagamos para separarnos. "Decapitamos" a los demás para evitar observar los pensamientos divisorios o los juicios que hacemos constantemente en nuestra cabeza. El ego vive en la mente. ¿Cómo puedo silenciar mis pensamientos hoy lo suficiente como para dejar de lado mi necesidad de ser la primera y conectar con la VIDA de Dios que se manifiesta en los demás? ¿Puedo observarme a mí mismo durante la semana y desenmascarar las muchas maneras en que busco "decapitar" a los demás para proteger lo que deseo egoístamente? No hay mayor amor que dejar de lado nuestro propio ego para que los demás puedan vivir.
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