"En efecto, he sabido que, cuando se reúnen en asamblea, hay divisiones entre ustedes…” 1 Corintios 11:17.
Esta es la primera lectura del lunes 12 de septiembre. Desde el principio, incluso en la reunión que conduce a la Eucaristía, la comunidad se dividió. Los ricos trajeron mucha comida, quizás "estilo de comida rápida", y los pobres, que esperaban compartir esta abundancia, se vieron impedidos de hacerlo.
Para incluir un poco de humor a una de las presentaciones que doy, le pregunto a la gente reunida si conocen el resto de la siguiente cita: "Donde dos o más se reúnen en Mi nombre, ...." Con entusiasmo y con casi una voz, aclaman "Yo estoy en medio de ellos" (Mt. 18, 20). Los afirmo por su tal conocimiento bíblico, pero les digo que el texto original fue redactado para evitar el escándalo.
Explico que el original texto dice: "¡Donde dos o más están reunidos en Mi nombre, hay conflicto!" Bien, entonces no hay prueba de esta afirmación, pero ¿no resuena con su propia experiencia de la Iglesia? ¿O familia? ¿O gobierno?
El proceso sinodal iniciado por el Papa Francisco me trae esperanza para sanar muchas de las profundas divisiones en nuestra iglesia. El proceso de escuchar profundamente anima a todos, desde las personas sin hogar y la jerarquía a compartir honestamente, sin importa cómo podemos diferir en temas. Sin embargo, el sínodo de 2023 puede resolver algunas de estas divisiones no por un voto o un consenso (la Iglesia nunca ha pretendido ser una democracia), sino aprendiendo juntos cómo discernir la Voz y la dirección del Espíritu Santo que nos guía hacia el mañana.
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