Hoy celebramos el regalo de los pueblos indígenas. Yo asistí la universidad en norte de Nuevo México, donde muchos alumnos eran nativos americanos. Me invitaban a los pow-wows y a las reuniones porque yo tenía muchas características de los nativos americanos. Recuerdo una vez en la oficina de registro que me seguían invitando a unirme al club de nativos americanos. Una persona me habló en su lengua materna, y yo le respondí en español. Pero luego me di cuenta de que eran de otra cultura. Me invitaron por mi color de piel y rasgos faciales junto con mi cabello más largo. Al principio, estaba frustrado porque no entendía quién era esta persona. Era la primera vez que me encontraba con un nativo americano. Me parecía a él, pero era de otra cultura. Sentí curiosidad y quería aprender más sobre la cultura nativa americana. Así que fui a visitar a Johnny y finalmente nos hicimos amigos.
Johnny compartió conmigo un rito especial que encontré muy útil. En ese momento, yo estaba confundido y muy tiste sin mi familia, tratando de equilibrar mi vida, trabajo y horario durante mi tiempo en la universidad. Johnny me invitó a ir con él a un río y caminamos juntando algunas rocas. Luego me invitó a recoger una roca, nombrarla por un sentimiento o preocupación que tenía, y tirar la roca al río. Me dijo que viera las ondas del agua mientras la roca bajaba al fondo del río cymo símbolo de dejar ir este sentimiento o preocupación. Observé cómo las ondas desaparecían lentamente mientras mi sentimiento y preocupación desaparecía con ellas. Johnny me dijo que a veces podría necesitar tirar una gran roca o un guijarro o más de una roca para dejar que el río fluya con lo que estaba experimentando dentro.
Con los años, esta práctica me ha ayudado a centrarme en la importancia de la vida. Los sentimientos van y vienen como parte de nuestra humanidad. Este aspecto espiritual de los nativos americanos es profundo y un regalo para todos nosotros cuando nos tomamos el tiempo para reflexionar. Esta semana, te invito a ir a un pantano, río, estanque, lago, océano, o cualquier cuerpo de agua para centrarse en las cosas importantes en su vida. S. Francisco de Asís, cuya fiesta celebramos recientemente, encuentra la presencia de Dios en la naturaleza. Podemos hacer lo mismo, como aprendí de mi amigo Johnny