La temporada de otoño trae no solo un clima más fresco aquí en San Antonio, sino también un renovado sentido de gratitud en mi corazón. Doy gracias a Dios y a ustedes, todos nuestros amigos, patrocinadores y socios ministeriales por el trabajo que juntos continuamos en el Instituto Congar. Desde el comienzo de la pandemia, en el Instituto Congar nos hemos comprometido a acompañar a nuestros compañeros en el ministerio, a responder a las señales de los tiempos que vivimos como iglesia y a ser un signo de esperanza en medio de las interrupciones del ministerio pastoral y nuestras comunidades de fe.
Doy gracias porque Dios ha guiado al Instituto Congar a través de los tiempos difíciles en los últimos 1 y ¾ años de la pandemia. Gracias a la diligencia de nuestra Junta Directiva profundamente comprometida, ahora contamos con un plan estratégico de 4 años. Al mismo tiempo, hemos intensificado nuestros esfuerzos de recaudación de fondos en todos los frentes, incluido un Fondo Anual. Sé que también estará interesado en nuestra segunda gala anual de recaudación de fondos, programada para el 24 de febrero de 2022. Hay muchas formas de participar, en persona y desde lejos.
Doy gracias a, y por, todos nuestros Expertos de Formación cuya generosidad y compromiso con la misión han sido increíblemente constantes durante nuestros 16 años de existencia. Muchos de ellos continúan contribuyendo con sus profundas reflexiones espirituales a nuestro blog semanal Eucaristía en el Tiempo de Corona. Permanecen abiertos a compartir su experiencia y espiritualidad con nuestros compañeros ministeriales y colaboradores en los foros digitales y ocasionalmente en persona. Siempre están dispuestos a contribuir con su considerable talento y experiencia a la formación del ministerio laico.
Si bien enfrentamos desafíos financieros como la mayoría de las instituciones en estos días, sigo agradecido porque el Instituto Congar continúa siendo un faro de esperanza para la Iglesia hoy. A medida que los líderes pastorales identifican las necesidades ministeriales y sociales que han surgido en sus diócesis debido a la pandemia prolongada, Congar está listo para responder. Un ejemplo es uno de nuestros proyectos actuales que nos tiene trabajando en colaboración con el Diácono Clemente Villa, Director del Ministerio Hispano en la Diócesis de la misión local de San Angelo, TX.
Lea sobre todas estas iniciativas y más en este boletín. Ciertamente, la esperanza abunda para el Instituto Congar y para todos aquellos que participan de una forma u otra en nuestra misión. Por esto, doy gracias.