Las parroquias católicas están pasando de los patrones monoculturales a los llamados "compartidos", es decir, comunidades parroquiales en las que dos o más idiomas o contextos culturales son parte integral de la vida ministerial y la misión de una parroquia en particular. Los obispos de EE.UU. hoy son muy claros sobre el hecho de que la misión de la Iglesia no es americanizar sino evangelizar. Esto significa respetar las lenguas, costumbres y estilos por los cuales las culturas particulares viven su fe católica. La diversidad cultural de la Iglesia, cuando se comprende bien, no es una amenaza para la unidad de la Iglesia: "En la diversidad de los pueblos que experimentan el don de Dios, cada uno según su propia cultura, la Iglesia expresa su catolicidad auténtica y muestra la belleza de sus diversos rostros" (Alegría del Evangelio, 116-117).
Trabajar en una Iglesia culturalmente diversa requiere oportunidades para reflexionar sobre nuestros propios valores y perspectivas culturales y especialmente para aprender dinámicas culturales dentro de un contexto de fe. El Seminario Regional St. Vincent de Paul en Boynton Beach, FL patrocinó un proceso para que unos 90 seminaristas aprendan y compartan estas dinámicas para preparar a estos futuros sacerdotes para el ministerio. En colaboración con el Dr. Sebastian Mahfood, O.P. y la Dra. S. Mary Krysiak Bittár, Profesora de Teología Práctica en St. Vincent’s, el Instituto Congar dirigió esta iniciativa con un equipo de presentadores experimentados. Tuve el privilegio de trabajar junto al Sr. Edgar Barroso, MDiv, Enlace Parroquial y Campaña y el Dr. John Chitakure, PhD, DMin., Director Académico del Colegio Católico Mexicano Americano, ambos con la Archidiócesis de San Antonio.
Las presentaciones y actividades exhaustivas facilitadas por el equipo, los participantes articularon y compartieron su patrimonio cultural e identidades. En el esfuerzo por entender mejor a las personas de diversas culturas, uno necesita primero abrazar su propia cultura. Es natural que la mayoría de nosotros nos relacionemos con el mundo desde una perspectiva etnocéntrica, nuestras propias referencias culturales. Como los participantes en St. Vincent’s aprendieron varios parámetros culturales entre varias comunidades étnicas, pudieron aplicar este conocimiento para identificar diferentes puntos de vista de liderazgo, comunicación, resolución de conflictos, procesos de toma de decisiones en un entorno culturalmente diverso.
El entusiasmo de los seminaristas por aprender y participar a lo largo del día fue una fuente de inspiración y esperanza para quienes organizamos este evento. Vivir la unidad en la diversidad es más fácil de decir que de hacer. Nuestra Iglesia Católica es universal. En su universalidad, se reúne en todos los pueblos sin excepción. Todos nosotros, ordenados, religiosos y laicos, estamos llamados a encontrar formas en las que nos convirtamos en una comunidad católica, mientras celebramos la diversidad de culturas y etnias. Es dentro de este estado de ánimo que emprendemos nuestra misión de evangelizar.