Hemos elegido la señal más desafiante y maravillosa. Hemos reclamado a Jesús crucificado y resucitado como LA SEÑAL... LA SEÑAL que es la profundidad de significado en todos los otros postes de señalización; EL poste de señalización que prevalece en y más allá de todos los otros postes de señalización; EL poste de señalización que, de alguna manera, es simultáneamente el más oculto y el más obvio.
Las lecturas litúrgicas de la Semana Santa indican el gran caos que siguió al surgimiento de Jesús: caos dentro de las personas y caos dentro de su comunidad. Gracias a la resurrección de Jesús, sabemos que podemos pertenecer al caos; no nos separará. Más bien, el caos puede servir como una entrada a un nuevo nivel de ser. ¿Cuándo ha sido el caos una entrada para vosotros, para conocer mejor a Jesús resucitado, a los discípulos que os rodean, a la comunidad sagrada y a este mundo?
Las lecturas de esta semana también apuntan a la alegría. Tomará toda la temporada de Pascua - bueno, en realidad, toda nuestra vida de Pascua - para explorar esta alegría y dejar que se filtre en nuestro núcleo. ¿Cómo has crecido en alegría con los años?
Y estas lecturas nos invitan a conocer a nuestro incognoscible Señor Resucitado. Que tengas una temporada de Pascua de mirar a Jesús.
Caos, alegría y conocimiento de lo incognoscible: al menos potencialmente, señales de LA Señal.