El conflicto abunda en los pasajes del Evangelio elegidos para la Cuaresma. Puede que ayer hayas escuchado proclamar el pasaje del Evangelio en Juan (2:13-25) cuando Jesús expulsó violentamente a vendedores y cambistas del área del templo. O puede que hayas escuchado el pasaje del Evangelio de Juan (4:5-42) acerca de Jesús conversando con un samaritano - una mujer (!). El pasaje del Evangelio de hoy de Lucas (4:24-30) trata sobre Jesús desafiando a sus propios ciudadanos para expandir su percepción de la Palabra de Dios y quién la recibe.
Es importante dejar atrás la óptica del conflicto, percibir lo que realmente está sucediendo. En cada caso, Jesús está poniendo las cosas bien:
* Jesús expulsó a los vendedores y a los cambistas del templo para dejar que el templo fuera lo que estaba destinado a ser: un lugar donde la gente pudiera estar plenamente presente a su Dios y a otras personas de fe. *Jesús habló con la samaritana para sacar su fe, sus preguntas, su escondite y su liberación; ella, a su vez, se convirtió en "primera evangelizadora" en su pueblo, llevándolas también a esta conversación de fe. * Jesús desafió a sus propios ciudadanos porque de lo contrario nunca serían capaces de escucharlo, y mucho menos de entenderlo y superar su sentido de norma.
Quizás para la reflexión cuaresmal podríamos preguntarnos:
• ¿Cuándo en mi vida Dios me ha impulsado a ir más allá de las normas con el fin de establecer las cosas bien para los demás? • ¿Cuándo en mi vida han pasado otros normas con el fin de establecer las cosas bien para mí? • ¿En qué parte de mi vida Dios podría estar impulsándome esta Cuaresma para ir más allá de las normas con el fin de establecer las cosas bien?