Hemos empezado la última semana del tiempo ordinario. Esta última semana sirve como una transición entre el tiempo ordinario y el tiempo de adviento. Durante esta semana, la primera lectura de la Misa es tomada del libro del profeta Daniel. Son lecturas que están llenas de visiones y sueños que describen una profunda transformación en la vida y la historia de mucha gente. Estas visiones y sueños llevaron a mucha gente a replantarse su estilo de vida, construir esperanza y encontrar significado.
La celebración de la Eucaristía durante el tiempo del Corona nos recuerda que, en su mayor parte, nuestra existencia y nuestra historia es una transición constante. Es un tiempo de transición en el cual estamos invitados a entrar en la visión de Dios y en el sueño que Él tiene para nosotros. En cualquier tiempo de transición, cuando celebramos la Eucaristía, nosotros pasamos de la oscuridad a la luz, de la esclavitud a la libertad, de la muerte a la vida. Por esta razón, es importante redescubrir y acoger lo que vemos en la hostia y en el cáliz cuando escuchamos las palabras "Tomad y comed todos de él, porque esto es mi cuerpo, que será entregado por vosotros… Tomad y bebed todos de él, porque este es el cáliz de mi sangre, sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por vosotros y por muchos para el perdón de los pecados. Haced esto en conmemoración mía." Dada esta visión, ¿qué soñamos?
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