Señal para el comienzo del Adviento:
"Bienvenido al Extraño"
Qué raro que, en la lectura del Evangelio de ayer (Lc 21:25-28, 34-36), Jesús despierte nuestra conciencia con palabras como desaliento, perplejo, rugido, muerto de miedo, sacudido, atrapado, asalto y tribulaciones - y en medio de todo eso, dice "Levantad la cabeza porque vuestra redención está a la mano".
Qué raro, que la Iglesia elija como su pasaje evangélico para hoy --el primer día de la semana del Adviento -- el Mt. 8:5-11, sobre la curación del siervo de un centurión romano y las palabras de Jesús acerca de los extranjeros (en algunos casos, enemigos) que estaban en el banquete celestial con Abraham, Isaac y Jacob.
Qué raro, el familiar elenco de personajes de Advent: una virgen embarazada; su prometida, aturdida por su embarazo ya que el niño no es suyo; una mujer muy vieja embarazada; su marido aturdido; su hijo, un niño salvaje que se convierte en la carta salvaje de Dios para los menos probables; ángeles; y, lo más importante, Emmanuel, Dios-con-nosotros.
Qué raro, muy extraño, que Dios escogiera volverse plenamente humano, totalmente con nosotros. No es de extrañar que necesitemos una temporada litúrgica de 4 semanas para comenzar a absorber esta verdad.
Para una reflexión personal:
* Este Adviento, ¿cómo puedo estar más presente a Dios siendo plenamente humano, plenamente con nosotros?
*¿Qué experiencias de "Strange" he tenido en mi vida? ¿Qué gracias he experimentado a través de estas experiencias?
*Este Adviento, con la gracia de Dios, ¿cómo puedo llegar a ser más plenamente humano, más "con nosotros"?