La lectura del Evangelio de hoy (Lucas 6:36-38) es tan rica y hermosa. Oro para que cada uno de nosotros pueda ser bendecido a través de este pasaje durante nuestro tiempo de oración de hoy.
Una frase en particular apunta a una experiencia profunda: Perdonar y ser perdonado. Reflexionando sobre sus relaciones con Dios, consigo mismo y con los demás: ¿Cuáles son sus recuerdos más conmovedores de ser perdonado? ¿De perdonar? ¿Qué te han dado esas experiencias? ¿Qué dolores soportas ahora, que apuntan hacia una necesidad de perdón? ¿Será tu Cuaresma más completa para ti si te inclinas hacia el perdón y la curación necesaria?
La Iglesia nos proporciona una amplia gama de consideraciones para una Cuaresma significativa - Pascua: la culminación de la Buena Nueva de Jesús que nos adentramos en todo el año; oración, ayuno y limosna; metanoia / conversión en el camino de la crucifixión-resurrección; reconciliación comunitaria; y más. Como un pulso vital subyacente a todo esto: perdonar y ser perdonado. Viviendo ese pulso profundamente, nos convertimos en sangre vital espiritual para los demás.