Preparándome para un viaje de pesca con compañeros de la universidad, encontré experiencias de vida que se convirtieron en oportunidades para profundizar mi fe: Preocupación por mis padres mayores y mis hermanas que los cuidan, mi hijo tuvo una visita a Urgencias y descubrió que tenía cálculos renales, entonces mi hija y su marido se mudaron a otro estado y necesitaban mi ayuda. Tuve que cancelar el viaje. A continuación, me tiré la espalda cortando la hierba durante mis vacaciones. Me dolió durante una semana. Aprendí que mi cuerpo no es tan joven como pensé que era. Después de recuperarme, mi motor Dodge Caravan 2007 se calentó y me dejó varado en la carretera con el calor de 102 grados. Me senté y esperé el servicio de carretera y empecé a preguntarme si mi camioneta finalmente había muerto con más de 202.000 millas en ella y estaba tratando de pensar cuánto va a costar esto o es el momento de deshacerse de él? Me sentía cansado y me preguntaba, "¿Dios todavía me ama?"
Entonces empecé a reflexionar. Me di cuenta de que Dios proporcionaba una brisa fresca y algunos árboles que me daban sombra. Mi camioneta fue remolcada a mi tienda habitual. Imprimieron para mí el trabajo que se había hecho el año pasado y todas las partes importantes se habían hecho. Estaba esperando lo peor, pero cuando el mecánico me llamó para recogerlo, dijo que el termostato todavía estaba en garantía, ¡así que no había cargos! ¡Lo primero que me vino a la mente fue Alabado sea Dios! ¡Gracias, Jesús por estas bendiciones! Dios me ama y sigue cuidándome incluso cuando no reconozco su presencia en las bendiciones y desafíos de mi vida.
Esta reflexión es una experiencia humillante para mí, ya que veo cómo Dios ha estado allí para mí a través de todas mis experiencias de vida. La vida está llena de sorpresas y Dios permanece fiel sin importar qué. Aprendí que Dios siempre está presente conmigo y con mi familia. Me parece olvidar cuando me enfoco en mis propios problemas de la vida que son realmente oportunidades para crecer cerca de Dios y mi familia. En la lectura de hoy escuchamos: "El reino de los cielos es como un grano de mostaza que una persona tomó y sembró en un campo. Es la más pequeña de todas las semillas, pero cuando está completamente desarrollada es la más grande de las plantas. Se convierte en un gran arbusto, y las aves del cielo vienen y habitan en sus ramas." Esto me ayuda a recordar que Dios nos proporciona todo lo que necesitamos. Él sigue siendo una presencia constante en nuestras vidas con los brazos abiertos y dispuesto a amarnos mucho. Somos sus amados.